martes, 10 de marzo de 2009

si puedes soñar...

Estas navidades mi madre me regalo un libro llamado "Carta a un hijo". Era un libro muy grande con unas ilustraciones magníficas en el que se podía leer un poema de Kipling llamado si... Nunca antes había oido hablar sobre él y la verdad es que me gusto bastante porque a mi parecer refleja muy bien muchas de las cosas que en esta vida nos dicen nuestros padres, en cierto modo, me sentí identificada.

Pero cual fue mi sorpresa cuando el profesor en la penultima clase de Métodos de Creatividad nos habló de este poema como algo realmente sorprendente y cierto. Me gustó el ya saber sobre el poema.

Si puedes estar tranquilo cuando todos a tu alrededor
han perdido la cabeza y te culpan por ello,
si peudes confiar en ti mismo cuando todos dudan de ti
y, sin embargo, no desprecias sus dudas;

Si puedes esperar que te canse la espera,
si te injurian y no respondes a la mentira,
se te odian y no cedes al odio,
y, aun así, no pareces demasiado bueno ni hablas como un sabio;

Si puedes soñar, y no hacer de los sueños tu señor,
si puedes pensar, y no hacer del pensamiento tu meta,
si puedes encontrarte con el triunfo y la derrota
y tratar de la misma manera a esos dos impostores;

Si puedes soportar escuchar la verdad que has dicho
distordionada por granujas para engañar a tontos,
o ver cómo se destruyen las cosas por las que has dado la vida,
y agacharte y reconstruirlas con herramientas viejas;

Si puedes poner en un montón todos tus triunfos
y arriesgarlo todo en un cara o cruz, y perder, y empezar de nuevo desde el principio,
y no decir una palabra sobre lo que has perdido;

Si puedes forzar tu corazón, nervios y tendones
a que te sirvan cuando ya hace tiempo que se han gastado,
y resistir cuando no te quede nada
salvo la voluntad que dice: "aguantad"

Si puedes hablar con las masas y mantenerte íntegro,
o pasear con reyes sin perder el sentido común,
si no pueden herirte ni los enemigos ni los bueno amigos,
si todos cuentan contigo pero ninguno en exceso;

Si puedes llenar el minuto implacable
con sesenta segundos que valgan la pena,
tuya es la Tierra y todo lo que hay en ella,
y -lo que es más- ¡serás un Hombre, hijo mío!



La clase estuvo acompañada de los calificativos de una persona creativa, espero que en la proxima clase saquemos algo en claro sobre eso.

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